Muchos estudiantes de biociencias habrán escuchado alguna vez la frase “Deberías plantearte una carrera en bioinformática, eso te abrirá muchas puertas en tu carrera profesional.” o “Estudias bioinformática? ¡Qué suerte! Seguro que te será súper fácil encontrar trabajo.”. Y, probablemente, muchos estudiantes de otras áreas científicas habrán escuchado alguna vez la creciente importancia que está teniendo, y tendrá, la bioinformática para el avance del conocimiento biomédico, entre otros campos. Y es que, realmente, cada vez son más los estudios que contienen al menos una predicción o análisis bioinformático entre sus resultados, por lo que no es sorprendente que muchos mentores recomienden a sus alumnos iniciar una carrera profesional en este campo. En mi caso, según me aproximando al final de mi grado en Bioquímica me iba interesando más y más por las técnicas -ómicas y toda la información que se puede sacar de sus datos. Decidí entonces estudiar un máster en análisis de datos -ómicos y no tengo palabras que me permitan expresar cómo de buena fue esa decisión. Pese a que siempre me ha gustado el trabajo en el laboratorio, y apenas tenía ninguna experiencia en programación antes de comenzar el máster, el trabajo computacional me apasionó en seguida y pronto fui ganando interés en temas más estadísticos y matemáticos. Yo tenía muy claro que tras el máster quería realizar un doctorado, pero muchos de mis amigos del máster no tenían tan claro cuál sería su próximo paso en su viaje como bioinformáticos. Esto me llevó a preguntarme, ¿cuáles son las salidas laborales reales de la bioinformática?
Una gran parte de los estudiantes de bioinformática deciden encaminar su vida laboral en la investigación. Este es un mundo apasionante en el que no paras de aprender e innovar, y que requiere de determinación, inteligencia y creatividad. En muchos casos, adentrarse en el mundo de la investigación implica realizar un doctorado, para después trabajar como bioinformáticos senior o investigadores postdoctorales. Si hay suerte, esto les lleva a ser investigadores principales en un centro de investigación o profesores titulares en la universidad. Sin embargo, hay oportunidades también para aquellos que deciden no continuar trepando la pirámide científica, y trabajar como técnicos graduados en bioinformática, administradores de sistemas…
Pero, ¿qué otras oportunidades hay para los bioinformáticos? En algunos casos resulta más interesante buscar trabajo en la industria. Una de las principales salidas profesionales para bioinformáticos en la industria es en el desarrollo de fármacos, ya que las grandes farmacéuticas están interesadas y tienen recursos para realizar estudios de acoplamiento molecular, más conocido como molecular docking, para desarrollar fármacos más rápido a un coste menos elevado. Además, requieren de profesionales capaces de analizar los datos procedentes de estudios clínicos para tener evidencias de la seguridad y efectividad de los fármacos que desarrollan. Sin embargo, las “Big Pharma” no son el único puerto en el que pueden desembarcar los bioinformáticos con intereses empresariales. También pueden desarrollar trabajos en consultorías, clínicas de estudio o consejo genético o fundar su propia start-up. Además, algunos puestos de trabajo en la industria requieren o valoran que los candidatos tengan un doctorado, por lo que siempre hay oportunidad para una transición desde el mundo de la investigación al mundo de la industria.
Y no solo eso. Los profesionales en bioinformática también son muy importantes en hospitales. En este caso, suelen trabajar en diagnóstico genético o enfermedades infecciosas, permitiendo el diagnóstico adecuado de pacientes con enfermedades hereditarias, o identificando los virus y bacterias que causan diferentes enfermedades. Pese a que su trabajo se realice, en muchos casos, entre las sombras, su presencia en hospitales es esencial. Sin las herramientas informáticas sería imposible encontrar muchas de las mutaciones que causan enfermedades genéticas. Por tanto, es esencial que personal experto en su uso sea parte de la plantilla en el área de diagnóstico genético de un hospital. De forma similar, sin la bioinformática es imposible conocer al milímetro los genomas de los virus y bacterias que nos infectan, y es necesario que haya personal capacitado para su análisis con el fin de detectar y caracterizar nuevas cepas cuanto antes.
Por último, las oportunidades laborales para los bioinformáticos y bioinformáticas no acaban aquí. Las habilidades y conocimientos que se adquieren durante una carrera en bioinformática, como por ejemplo dominar la minería de texto o el machine learning, pueden ayudarnos a encontrar trabajo en otros sectores. Además, otras alternativas como la enseñanza también son posibles. En conclusión: ¡las posibilidades son infinitas!
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